En el pueblo en el que vivo, desde hace unos 3 años, existe un espacio que en su momento resultó innovador: un servicio de impresión 3D.
Se denomina MAIS3D, y al principio no causó demasiada sensación aunque si tenía muchos curiosos sobre sus finalidades y el funcionamiento de una impresora de ese tipo.
Al poco tiempo comenzaron a impartir cursos para niños y adolescentes, y han ido despertando a la población en cuanto a cuál es el verdadero fin de este lugar y el de las piezas que diseñan: que sirvan para algo más que pura decoración.
Además, impulsan y apoyan proyectos de aquellas personas, instituciones o empresas que incluyan la impresión 3D entre sus iniciativas.
Organiza talleres didácticos dirigidos a aquellos que están interesados en formarse o en incluir esta actividad como complemento a otras.
En Galicia, el municipio de Lalín (el icono de la herramienta lila).
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